Como consecuencia, la temperatura media del planeta ha aumentado en casi un grado centígrado desde inicios del siglo XIX, provocando un incremento de la frecuencia y la virulencia los fenómenos naturales extremos: sequías, huracanes, incendios o inundaciones, entre otros. Concretamente en Cataluña, hemos sido testigos de un aumento de 1,2ºC en la temperatura media en los últimos 50 años.
La viticultura es una tradición milenaria que ahora se enfrenta al mayor reto de su historia: adaptarse al nuevo escenario climático para asegurar su continuidad, tal como la entendemos hoy.
La vid es una planta extremadamente sensible a los cambios de temperatura, una variación que afecta directamente al viñedo y provoca un avance de las vendimias, lo que, a su vez, podría llegar a influir en la calidad de los vinos.
Ante la constatación del aumento gradual de las temperaturas, en 2007 decidimos intensificar las actuaciones orientadas al cuidado de la tierra y la protección del medio ambiente y establecimos la lucha contra el cambio climático como uno de los ejes principales de nuestra política ambiental.